Por qué cantar puede ser útil en el aprendizaje de idiomas

Pues resulta que ayer, domingo por la mañana, me entraron ganas de cantar un poco. No sé muy bien por qué, pero me hace sentir bien, es una especie de pequeño placer. El caso es que, empecé a reproducir música de forma aleatoria en mi móvil y a cantar la canción que tocara. La parte interesante está en que, como tal vez podréis imaginar, en mi teléfono no sólo hay música en español, nada más lejos de la realidad, sino que también hay bastantes canciones en francés, inglés, catalán y hasta algunas en italiano. Y fue precisamente en este proceso de salto de unas canciones a otras cuando me paré a pensar que tal vez haya una conexión entre el hecho de cantar y el aprendizaje de idiomas.

Imagen coro

Imagen: vecteezy.com

Algunas razones por las que cantar puede ser útil en el aprendizaje de idiomas

Te ayuda a aumentar tu vocabulario

Esta es probablemente la ventaja más evidente de todas porque casi todo el mundo la ha experimentado en algún momento de su vida. Especialmente ahora que estamos tan expuestos a la música anglosajona, siempre hay al menos una o dos palabras que hemos aprendido escuchando alguna canción miles de veces.

(Excepto si hacías como yo y en los años 90 «cantabas» el «Wannabe» de las Spice Girls sin tener ni la más remota idea de lo que estabas diciendo ni de dónde terminaba una palabra y empezaba la siguiente)

El vocabulario en realidad no es algo que sólo puedas aprender cantando, obviamente también puedes descubrir nuevas palabras sólo al escuchar música, pero tal vez el hecho de cantar haga que sea más fácil de retener porque no sólo estás aprendiendo la palabra con un contexto, sino que además le estás asociando una pronunciación concreta, lo cual me lleva a…

¡Te ayuda a practicar tu pronunciación!

Esta es de lejos la mejora que más he notado con el tiempo. Estoy absolutamente segura de que mi francés es mucho mejor cuando intento cantar canciones de Édith Piaf (Nota: Adoro a esta mujer, así que si nunca has oído hablar de ella, ¡deshonra sobre tu vaca!) que cuando hablo habitualmente. El truco está en que has escuchado una canción tantas veces que conoces la pronunciación de cada palabra de memoria, sabes dónde están todas y cada una de las comas o dónde va el acento en cada palabra. Esto no quiere decir que vayas a reproducir todo eso en todas las oraciones que digas en el idioma en cuestión en una conversación normal, pero no hay duda de que al menos te ayuda a adquirir un cierto sentido del ritmo del idioma.

Volviendo a mi experiencia con canciones francesas, me doy cuenta de que hago muchos esfuerzos para siempre intentar pronunciar todo lo mejor que puedo, y ni siquiera lo hago porque me esté diciendo a mí misma que TENGO que practicar, sino simplemente porque me gusta hacerlo 🙂 Así es más o menos como aprendí a hacer esas «erres» sin ahogarme en el intento o a diferenciar los sonidos b/v (lo cual no es tan sencillo para los hispanohablantes porque esa distinción ha desaparecido en castellano).

Te ayuda a retener mejor las estructuras gramaticales y algunas palabras coloquiales

En realidad es bastante similar al apartado del vocabulario, excepto que quizás le prestemos un poco menos de atención, sólo que en lo relacionado con la gramática, no es lo mismo escuchar una frase una y otra vez y entender su significado que repetirla tú mismo.

Sin embargo, hay que tener un poco de cuidado con esto. Depende mucho del tipo de música que escuches, pero todos sabemos que en algunos géneros más que en otros los artistas a veces se permiten ciertas «licencias poéticas» y emplean frases que no son gramaticalmente correctas o que incluyen palabras más propias del argot. Con esto no estoy diciendo que este tipo de situaciones tengan que ser necesariamente malas, sino que simplemente hay que prestar atención para no terminar aprendiendo cosas que puedan no ser aceptables en cualquier situación o contexto.

Así es como, por ejemplo, aprendí que en inglés no siempre se dice «going to», «want to» o «got to», sino «gonna», «wanna» and «gotta», pero que evidentemente no puedes utilizar esta clase de palabras con según qué tipo de personas.

Te ayuda a aprender sobre la cultura de un país

Al escuchar y cantar canciones extranjeras de alguna forma estás sumergiéndote en la cultura de ese país (o países).

Si, por ejemplo, estás aprendiendo portugués europeo, tal vez te topes en algún momento con el «fado«, probablemente el estilo de música tradicional más popular de Portugal. Nada más escuchar unas cuantas canciones te darás cuenta de que están llenas de sentimientos como la melancolía o la nostalgia, lo cual tal vez pueda darte una idea del sentir general del país durante la época en la que comenzó a desarrollarse el estilo musical.

O también puedo darte un ejemplo más popular, el tango. El tango no siempre ha sido ese estilo de música y baile con buena reputación y reconocimiento internacional que es hoy. A finales del siglo XIX solía estar muy mal visto por las clases altas y la Iglesia Católica ya que se asociaba a los barrios pobres de los suburbios de las ciudades próximas a la desembocadura del Río de la Plata (entre Argentina y Uruguay).

Algunos enlaces útiles

Aquí algunos enlaces interesantes relacionados con el tema que he encontrado 🙂

Artículo del periódico «Telegraph» (Inglés)

Entrada del blog de Benny Lewis (Inglés)




Bea